"Juan" es un comensal que gusta de visitar restaurantes muy acomodados en la capital de Honduras Tegucigalpa, pero repetitivamente nos comenta que cada vez que efectúa el pago de su consumo ve con cierto desagrado la forma obligatoria en la que tiene que pagar la propina. Es decir, esos lugares ya tienen establecida una tasa que usted deberá pagar una vez que haya consumido dentro del establecimiento.
Lo cierto es que Juan como otros ciudadanos, desconocen si en efecto la cantidad destinada para cada empleado es entregada en su totalidad ya que a quienes se les ha preguntado responden que sólo un porcentaje de él lo destinan a sus bolsillos.¿Estará la Fiscalía del Consumidor o las Secretarías de Finanzas o de Industria y Comercio, regulando y auditando en la actualidad estos procedimientos? ¿los porcentajes son parejos en todos los lugares o difiere uno de otro? ¿cuál será el motivo que impulsó a los empresarios dueños de los establecimientos comerciales para incluir en la cuenta un 15% o 20% destinado para bonificar a sus empleados? ¿analizarían sus ventajas y desventajas de implementar dicho sistema que a simple vista parece obligatorio?
Estamos de acuerdo y lo hemos dicho en este mismo espacio en otras ocasiones, que cada persona necesita ser remunerada y estimulada por su servicio y esmero, máxime en lugares donde la atención es personalizada y de primera calidad, pero ¿qué preferiría usted: dar lo que siente o lo que realmente puede de acuerdo a su bolsillo y al interés con el que fue atendido o es de los que emite su pago sin ver el detalle del mismo, por lo tanto no le afecta si la propina rebasa lo establecido por la ley?
Piénselo y si puede, opínenos y contribuya a disipar éstas y otras dudas de "Juan"...
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