Hoy es un día crucial para el hondureño que ha vivido de cerca la problemática en situación política en el país. Para el ciudadano común cuya fuente de ingreso no depende directamente del estado, es otro más que pasa como cualquier otro.
Sin embargo, la población se resguarda celosamente en sus hogares ante el temor que ocurra un "baño de sangre", situación pronosticada por propios y extraños ajenos a los intereses de esta nación.
Ha causado disgustos y aplausos la decisión de hace unas horas que pronunció el Canciller interino, Enrique Ortez, al no permitirsele la entrada al depuesto "Mel" Zelaya ni a la comitiva que le acompaña a su regreso. Sus palabras textuales han sido: “tienen instrucciones de no dejar entrar al avión, venga quien venga” en él; “no debemos correr el riesgo entre capturar al presidente y crear un escándalo”, apuntó.
Los vuelos en los principales aeropuertos han sido cancelados, las rutas de acceso hacia el norte, sur, este y oeste están protegidas por escuadrones de las Fuerzas Armadas, FF.AA, para controlar los disturbios que puedan suscitarse; los locales comerciales, tiendas de conveniencia y otros de abastecimiento, han cerrado desde temprano.
No obstante como buen olanchano, Zelaya ya partió de Washington y se dirige junto a sus acompañantes hacia nuestro territorio haciendo caso omiso a las restricciones que se han puesto en su contra, más la orden de captura que pesa sobre su nombre. Igualmente los manifestantes que apoyan el regreso del "comandante vaquero" se aprestan a su recibimiento; mismos que han pintado las paredes de centros comerciales, edificios de patrimonio cultural y otros establecimientos, expresando su furor en contra del "gobierno golpista".
El clima de incertidumbre se acrecenta aún más. No es de extrañarse que este día sea uno más en la historia de HONDURAS, donde justos paguen por pecadores y donde evidentemente se cumpla lo que ya dijera hace unos días el presidenciable venezolano Hugo Chávez, al referirse que puede "correr la sangre" inocente de aquellos a quienes los politiqueros utilizan para su beneficio.
Seguiremos informando....
Sin embargo, la población se resguarda celosamente en sus hogares ante el temor que ocurra un "baño de sangre", situación pronosticada por propios y extraños ajenos a los intereses de esta nación.
Ha causado disgustos y aplausos la decisión de hace unas horas que pronunció el Canciller interino, Enrique Ortez, al no permitirsele la entrada al depuesto "Mel" Zelaya ni a la comitiva que le acompaña a su regreso. Sus palabras textuales han sido: “tienen instrucciones de no dejar entrar al avión, venga quien venga” en él; “no debemos correr el riesgo entre capturar al presidente y crear un escándalo”, apuntó.
Los vuelos en los principales aeropuertos han sido cancelados, las rutas de acceso hacia el norte, sur, este y oeste están protegidas por escuadrones de las Fuerzas Armadas, FF.AA, para controlar los disturbios que puedan suscitarse; los locales comerciales, tiendas de conveniencia y otros de abastecimiento, han cerrado desde temprano.
No obstante como buen olanchano, Zelaya ya partió de Washington y se dirige junto a sus acompañantes hacia nuestro territorio haciendo caso omiso a las restricciones que se han puesto en su contra, más la orden de captura que pesa sobre su nombre. Igualmente los manifestantes que apoyan el regreso del "comandante vaquero" se aprestan a su recibimiento; mismos que han pintado las paredes de centros comerciales, edificios de patrimonio cultural y otros establecimientos, expresando su furor en contra del "gobierno golpista".
El clima de incertidumbre se acrecenta aún más. No es de extrañarse que este día sea uno más en la historia de HONDURAS, donde justos paguen por pecadores y donde evidentemente se cumpla lo que ya dijera hace unos días el presidenciable venezolano Hugo Chávez, al referirse que puede "correr la sangre" inocente de aquellos a quienes los politiqueros utilizan para su beneficio.
Seguiremos informando....
No hay comentarios:
Publicar un comentario