Y es que los acontecimientos ocurridos en los últimos días nos hacen pensar que se avecinan pasos de animal fuerte en nuestro país...
Tanto la irreverencia a los poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial), como a los operadores de justicia, el aterrizaje en nuestro suelo de avionetas repletas de dinero y drogas, los secuestros a reconocidos periodistas hondureños y a otras personas que ni siquiera se les da una investigación seria ni la importancia debida del caso, tal como lo afirma Ramón Custodio, comisionado nacional de los Derechos Humanos en el país, son hechos suficientes para que los hondureños nos sintamos ante una fuerte zozobra....
Tal parece que debemos andar con pies de plomo y silenciar nuestra libertad de expresión, de lo contrario podríamos estar a escasos metros de una catástrofe que podría costarnos la vida a quienes nos pronunciemos a favor o en contra de temas en los que siempre se juega con el nombre de todos; pues la intimidación personal, profesional y política está de moda de un tiempo para acá en nuestro territorio.
Basta ver los principales medios de comunicación local y la saturación que se hace y enfatiza de noticias que giran en torno a los latentes hechos de criminalidad, amenazas, persecución, plebiscito, opinión pública y otros tantos desmedidos que si el pueblo no se pronuncia para hacerle frente, sin duda estaremos viviendo en pocos días una inestabilidad política y democrática nunca vista en la historia de Honduras.
Que Dios nos agarre confesados a todos, porque lo que salta a la vista no necesita anteojos. Y como dicen las sagradas escrituras que siendo la lengua un miembro tan pequeño que enciende grandes fuegos, que será mejor: callarnos y seguir aguantando, reelegir ideas para vivir en "paz" y bonanza o manifestarnos en contra y hacer escuchar nuestras voces sin limitantes?
Tanto la irreverencia a los poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial), como a los operadores de justicia, el aterrizaje en nuestro suelo de avionetas repletas de dinero y drogas, los secuestros a reconocidos periodistas hondureños y a otras personas que ni siquiera se les da una investigación seria ni la importancia debida del caso, tal como lo afirma Ramón Custodio, comisionado nacional de los Derechos Humanos en el país, son hechos suficientes para que los hondureños nos sintamos ante una fuerte zozobra....
Tal parece que debemos andar con pies de plomo y silenciar nuestra libertad de expresión, de lo contrario podríamos estar a escasos metros de una catástrofe que podría costarnos la vida a quienes nos pronunciemos a favor o en contra de temas en los que siempre se juega con el nombre de todos; pues la intimidación personal, profesional y política está de moda de un tiempo para acá en nuestro territorio.
Basta ver los principales medios de comunicación local y la saturación que se hace y enfatiza de noticias que giran en torno a los latentes hechos de criminalidad, amenazas, persecución, plebiscito, opinión pública y otros tantos desmedidos que si el pueblo no se pronuncia para hacerle frente, sin duda estaremos viviendo en pocos días una inestabilidad política y democrática nunca vista en la historia de Honduras.
Que Dios nos agarre confesados a todos, porque lo que salta a la vista no necesita anteojos. Y como dicen las sagradas escrituras que siendo la lengua un miembro tan pequeño que enciende grandes fuegos, que será mejor: callarnos y seguir aguantando, reelegir ideas para vivir en "paz" y bonanza o manifestarnos en contra y hacer escuchar nuestras voces sin limitantes?
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