Ayer 22 de Abril se celebró en Honduras el día de la tierra 2010. Fue gratificante apreciar como se conservan en los centros estudiantiles que si pretenden cumplir con los 200 días de clase, algunos temas como este, celebrando la fecha con nuevas actividades estudiantiles y haciendo un llamado a la conciencia de todos los que de una u otra forma habitamos en este nicho.
La ironía fue que muchos desconocían o se olvidaron del asunto, a tal punto que -como buenos hondureños que somos- la mayoría pensaba que algunas campañas que alumnos y gente aficionada a la protección del medio ambiente realizaba en algunas calles de las principales ciudades del país, se relacionaban con asuntos políticos y dinero bajo la mesa.
Estamos tan acostumbrados a mezclar todo con estos asuntos que ya cuando se trata de algo serio e intercultural, no creemos ni tomamos en cuenta acciones tan positivas como las de esas personas que desocupan parte de su tiempo para hacernos reflexionar y hacernos un llamado de alerta para salvaguardar nuestro hábitat.
La realidad es que todos por igual, desde la niñez hasta gente de la tercera edad, debe hacer algo por la comunidad en que vive todos los días y no sólo en épocas cuando se hace meya al tema; siembre un árbol y propicie una cultura ambiental, diga NO a las quemas de bosque o en su defecto denuncie a quienes sean sus depredadores, después no se queje cuando el planeta le pase factura con intensos días de calor y más escases de agua (como ya lo estamos viviendo actualmente en Honduras).
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