Me pareció interesante acercarme a Juanita -una alumna del quinto grado de una escuela pública de Tegucigalpa- y explorar el porqué se sentía tan desilusionada investigando un tema de ciencias naturales.
Cuando le pregunté me respondió: "es que no encuentro mi tarea ni en internet y si no la llevo me baja puntos la maestra". A lo que continué: ¿y de qué se trata la investigación? y sólo al tomar el papel semi arrugado de una hoja en blanco, supe que se trataba de la clasificación por fermentación de alimentos y la conservación directa de microorganismos, copiar sus definiciones de la web y luego pasarlos en limpio al cuaderno.
Dígame usted querido lector, una niña de 10 años ¿qué puede entender del tema "microorganismos" y del concepto de casi 40 términos científicos que bien les vendría recopilar a los ingenieros industriales o químicos farmacéuticos estudiosos en orgánicos? la información está expuesta en internet a grandes rasgos pero si Juanita en compañía de su madre no entienden nada del tema, evidentemente no podrán recabar toda la información solicitada por la mente brillante de esa maestra o maestro.
Ya nosotros que hemos alcanzado el grado universitario, podemos decir con honestidad que muchas de las asignaciones que nos imponían en nuestros centros educativos, poco o nada nos sirvieron al momento de ostentar un título universitario es más nos atrevemos a decir que algunas podrían haber sido asignaciones de los mismos profesores que cursan un postgrado; los temas se renuevan señores, los planes educativos también.
No es que estemos en desacuerdo que les enseñemos a nuestros niños temas relevantes de naturaleza misma pero imagínese si Juanita es una niña de muy escasos recursos y su mamá no tiene ni para ir a un ciber café e imprimir las numerosas hojas de esa tarea, bien podría arriesgar perder su año escolar, y ni hablar de sus demás compañeritos. Tiene que ver la madre como hace para que su hija no evada esa responsabilidad, aunque ya para navidad la niña ni recuerde qué es el pasteurizado por el método del calor.
Nos preguntamos, ¿en realidad el Ministro de Educación de Honduras cuenta con un personal calificado que verifique si los planes de estudio de educación primaria en centros escolares de enseñanza pública a nivel nacional, se cumplen a cabalidad o su prioridad es mantener contentos a los educadores para que éstos no sigan haciendo sus contínuas huelgas a su favor? Que calamidad y pobres niños hondureños, todavía las autoridades no han entendido cómo instruir las nuevas generaciones de países tercermundistas ni mucho menos explotar ese valioso potencial que nuestra infancia tiene para derrochar! Paselo!
